Esta mañana me he levantado bastante activo, algo que no es raro en mí y he decidido ir a conocer las instalaciones deportivas del Canal de Isabel II (metro Canal). A lo largo de la casi década que llevo viviendo en la capital, muchos de mis amigos me habían comentado lo MARAVILLOSAS que son sus instalaciones. Antes me pillaban un poco más lejos, pero ahora que vivo a un paseito de 10 min andando ya no tenía excusa. Así que me planté mi equipación deportiva para irme a correr (es decir, pantalón corto, camiseta vieja chunga calcetines y zapatillas, yo no soy de los que van a correr como si fueran a la Madrid Fashion Week). Tengo que decir que las famosas instalaciones no me han gustado nada. El lugar es bastante pequeño para correr o andar y se hace bastante monótono ya que está todo muy tapado y ni siquiera puedes ver a la gente que hace deporte (pádel, golf etc) , sin duda me quedo con el parque del Retiro de Madrid, mucho más divertido para pasear y/o correr. Tan sólo me parece chulo si quieres practicar tu golpe de golf. Por lo demás el lugar se ve bastante viejuno quizás por eso tan sólo he podido encontrar 5 corredores como mucho, una "paseaperros" y una señora que ya estaba cansada antes de empezar de andar (adjunto la foto).
Sin embargo hubo algo que llamó mucho más mi atención y es que en una parte de las instalaciones de Canal, al lado de una hilera de fuentes y sobre una tarima de madera, muchas personas habían decidido tomar el sol como si de un solarium improvisado se tratara. Había gente de todo tipo, de todas las edades y por supuesto con todo tipo de prendas de baño. Biquinis, bañadores, bermudas, turbos. Algunos llevaban toalla, otros pareo, casi todos auriculares, algún inteligente con un libro y varias profesionales de este "city solarium" que habían traído hasta su vaporizador para echarse agua y refrescarse. Un vigilante montado en Segway (ese cogedor de escoba con ruedas) se paseaba por la zona para evitar que el solarium se convirtiera en Spa ya que algunos intentaban rehuir del calor metiéndose en tales fuentes llenas de chorros fresquitos. Sin duda han llamado mi atención. Si el tiempo decide contradecir a Amaral y todavía quedan días de verano prometo un día acercarme y unirme a ellos y cotillear sus conversaciones.
Aún así, la visita al Canal fue fructífera ya que según mi smartwatch quemé 638 kcals y eso después de la noche de Gin & Tonics que me pegué ayer en La terraza de la reina (Plaza Vázquez de Mella o Pedro Zerolo s/n) y en Casa Carolo (Barquillo, 40) me vino me de perlas.
Otro día os llevo de marcha... Hache. @IBLOGMADRID .
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